Reflexiones desde el sur



Guinea Conakry además de ser un país de África Occidental es uno de los países más pobres del mundo. Su PIB descendió un 16% en la década de los 90 por lo que la ayuda internacional es vital para su población. Hace 20 días, asfixiados por el hambre y la miseria, 123 guineanos decidieron embarcarse en un cayuco rumbo hacia el norte, hoy han llegado a la isla canaria de El Hierro, pero los ojos de dos de ellos no han llegado a ver eso donde la gente no sólo come todos los días, sino varias veces. Para nosotros no es más que otro cayuco que se suma a la larga lista, para los medios de comunicación no es más que otra noticia con que rellenar papel, para ellos es todo: su vida. Pero claro, cómo nos vamos a preocupar nosotros por un centenar de inmigrantes más cuando tenemos asuntos tan importantes como conseguir tal móvil o tal tipo de ropa… Actualmente, nuestros bolsillos están un poco pelados por la famosa crisis por lo que hemos tenido que reducir “un poco” nuestras salidas al cine, a cenar fuera de casa, a salir de fiesta… Pero ellos, nuestros vecinos del sur, no han tenido que privarse de nada: ni del cine, ni de la fiesta, ni de la cenas; sobre todo, porque nunca han visto un cine, no saben el significado de la palabra discoteca al igual que no se imaginan eso de comer 5 veces al día. En un mundo donde lo tenemos todo, donde cualquier memez se convierte en un hecho trascendente sería bueno que de vez en cuando nos parásemos a pensar en esa gente que vive en un continente llamado África. Seguro que así apreciaríamos lo qué tenemos y sobre todo a quién tenemos, pues aunque ellos no sepan tantas cosas, hay una cosa que nosotros no sabemos, lo que se siente al perder a un familiar o amigo que se dejó la vida en el mar intentando buscar una vida mejor para él y para los suyos. Por desgracia, ellos sí que los saben.

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"Destruid las insulsas declamaciones, los miserables sofismas, las falsedades históricas, las contradicciones, los innumerables absurdos; impedid que las gentes con sentido común sean esclavas de quienes carecen de él. La generación venidera os deberá su razón y su libertad".

Voltaire